Katiuska Blanco comparte anécdotas de libro sobre Fidel con escritores camagüeyanos
La periodista y escritora cubana Katiuska Blanco Castiñeira compartió hoy, durante el XXIX Encuentro de Escritores que tiene lugar esta ciudad, la historia del libro Todo el tiempo de los cedros, nacido luego de su visita a Birán por invitación del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
Una exhaustiva revisión documental, la búsqueda de testimonios e intensas jornadas de redacción que le permitieron escribir en un mes 500 cuartillas, pusieron a Katiuska una prueba de fuego, solo superada por la espera de la reacción del público y, sobre todo, de Fidel, ante el libro publicado.
Cuidadosas revisiones desde el año 1997 hasta el 2002, por parte de la exigente autora, moldearon ese título que la hizo merecedora del galardón Puertas de Espejo, con el que se premia al autor vivo más leído del año precedente y le otorgó anoche la Biblioteca Provincial Julio Antonio Mella, sede del evento.
Sorprendida aún después de tanto tiempo, comentó al responder una pregunta del auditorio, que el Comandante no le cambió siquiera una coma a la maqueta que vio del texto, y el libro en su totalidad lo terminó de leer luego de que ya se había publicado, lo cual acrecentó las dudas de esta humilde escritora, esclarecidas con el modo en que el público acogió el paisaje familiar del líder histórico de la Revolución cubana.
“Todo el tiempo de los cedros” no un simple homenaje a Fidel, sino un homenaje a familiares y vecinos de Birán, localidad de la provincia de Holguín donde él nació y comenzó a formarse como un ser excepcional; muchos de ellos se sumaron luego a la Revolución, por eso él no mostró reparos en que se escribiera, porque siempre fue muy cuidadoso con las historias personales, aseguró Katiuska.
Precisamente esa fue la clave que le dio a la talentosa periodista su colega Guillermo Cabrera, cuando le sugirió escribir un libro a partir de esa visita a Birán, luego de que otro amigo, Alexis Rojas, le hubiera propuesto “hacer algo de largo aliento”.
Con esa idea comenzó la joven reportera del diario Granma su acercamiento a la vida de Fidel, las horas en bibliotecas y archivos parecían no tener fin, y cada vez era menos el tiempo para dormir, pero ella necesitaba desentrañar primero todo el paisaje humano de Birán, esos nombres que escuchó y que no conocía, según contó en la mañana de este lunes.
El resultado de tanto trabajo fue ese libro que todos los lectores han agradecido y la sonrisa en el rostro de Katiuska mientras recuerda todas sus experiencias, esa sonrisa de sencillez y libertad del alma con que recuerda a un Fidel excepcional y humano que le enseñó a ser grande desde la humildad y que le preguntaba lo mismo por sus hijos que por el precio del papel bond en el mercado mundial.