Citações

“¿Qué íbamos a hacer nosotros, doblegarnos, rendirnos? Y eso es lo que pedían de Cuba, la rendición incondicional; la entrega total de la nación y del pueblo a los enemigos de la nación y del pueblo; la renuncia de todas nuestras conquistas, la renuncia de nuestras ideas y de nuestros ideales; había que plegar todas las banderas. Eso pretendían imponernos, subestimando, tal vez despreciando, nuestra capacidad de luchar. No podíamos rendirnos, no podíamos claudicar, no habría sido digno de la historia de este país, no habría sido digno de lo que hicieron nuestros antepasados en 1868, en 1895; no habría sido digno de Céspedes, de Agramonte; no habría sido digno de Máximo Gómez, de Maceo; no habría sido digno de ese hombre tan digno que fue José Martí; no habría sido digno de las decenas de miles de cubanos que murieron en nuestras luchas por la independencia; no habría sido digno de las generaciones que lucharon en la república mediatizada; no habría sido digno de Mella, de Guiteras; no habría sido digno de aquellos hombres que, como Jesús Menéndez y otros muchos, cayeron enarbolando las banderas y los derechos e intereses de los trabajadores; no habría sido digno de los que murieron en el Moncada y en Bayamo, o en el ataque al Palacio Presidencial; no habría sido digno de José Antonio Echeverría, de Frank País; no habría sido digno de los combatientes que dieron su vida en el desembarco del "Granma", en la lucha de la Sierra Maestra; no habría sido digno de los que dieron su vida luchando contra las acciones de los contrarrevolucionarios al servicio del imperialismo; no habría sido digno tampoco de los que lucharon y murieron en la clandestinidad; no habría sido digno de los que murieron en Girón o en el Escambray; no habría sido digno de los que cayeron cumpliendo honrosas y sagradas misiones internacionalistas; no habría sido digno del Che; no habría sido digno de su hermano de invasión y de proezas, que fue Camilo; no habría sido digno de un pueblo que cuando lo apuntaban por decenas las armas nucleares no vaciló un solo segundo en correr los riesgos y en mantenerse firme; no habría sido digno de aquel pueblo de la Crisis de Octubre”.