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Derrota de la conspiración trujillista-batistiana

Fidel Dirigió personalmente las acciones que frustraron la conspiración y el desembarco contrarrevolucionario en Trinidad.
Fidel Dirigió personalmente las acciones que frustraron la conspiración y el desembarco contrarrevolucionario en Trinidad.

Data: 

23/08/2019

Fonte: 

Periódico Granma

Autor: 

El 13 de agosto de 1959, justo cuando Fidel cumplía 33 años, el líder de la Revolución encabezó una operación que desmanteló las acciones del Gobierno dominicano para armar a la contrarrevolución.

Aproximadamente a las 7:30 de la noche del 12 de agosto, Fidel y sus acompañantes, desde una casa cerca de la pista de aterrizaje de Trinidad, esperan el avión anunciado enviado por Trujillo. Era un C-46 de transporte. Aterrizó y llegó hasta el final de la pista.
 
Fidel había dado instrucciones a los que iban a recibir la carga que le dieran vivas a Trujillo con entusiasmo y les hicieran creer a los tripulantes que Trinidad estaba en sus manos.
 
Cuando el aparato dio la vuelta y se situó al centro de la pista, llegaron dos camiones y se pusieron a descargar metódicamente las armas. La operación duraría unos 20 minutos, durante los cuales los motores del avión no se detuvieron.
 
Desde la casa donde estaba Fidel se oían claramente los gritos de «Viva Trujillo», «Viva el generalísimo». Al propio tiempo se escuchaba un tiroteo que aparentaba  que allí se combatía. Terminada la descarga, el avión despegó normalmente.
 
Después de revisar el cargamento, Fidel se dirigió al cuartel no muy distante del aeropuerto. Allí se hallaba el centro de comunicaciones y, como estaba en un constante intercambio de información con Santo Domingo, se le informó a Trujillo la llegada de la aeronave.
 
El Comandante en Jefe regresó al aeropuerto cuando se escuchó un ruido de motores, se trataba de otro avión; sin embargo no aterrizó, por lo que regresó al cuartel, donde se hacían chistes sobre el «territorio libre de Trujillo». Fidel comenzó a inspeccionar las armas, de las cuales ya se había hecho un inventario; el resto de la noche hasta la madrugada estuvo conferenciando con los distintos jefes sobre la táctica a seguir de ese momento en adelante.
 
Posteriormente salió hacia Cienfuegos y llegó al aeropuerto de esta ciudad a las dos de la madrugada. De allí se comunicó por teléfono con La Habana e inmediatamente se fue a descansar.
 
Al día siguiente, 13 de agosto, cerca de las ocho de la mañana regresó a Trinidad, y desde el centro de comunicaciones decidió cursar un mensaje a Santo Domingo, que decía en parte que Trinidad estaba en poder de la contrarrevolución. Dijeron también que ese era el momento de mandar refuerzos y expertos en armas, porque allí había gente de pelea que no sabía usar las «armas». Tres veces se transmitió el mensaje y Santo Domingo contestó: «haremos lo posible por mandarle lo que piden. Recibido».
 
Poco después, Fidel inspeccionó los alrededores del cuartel, para la defensa de la Plaza en caso de un desembarco sorpresivo, por parte de los dominicanos. Instaló en la azotea una ametralladora calibre 50 y otras más de calibre 30. Se improvisaron trincheras.
 
Cerca de las ocho de la noche llegó el otro avión que se esperaba. Cuando todo el cargamento estaba en tierra, por encima del ruido de los motores, que no se apagaron en ningún momento, se sintió el trepidar de ametralladoras dentro del avión. Por unos momentos, todo fue confusión. El enemigo tuvo dos muertos. El resto de los ocupantes del avión trujillista fue hecho prisionero, figurando entre ellos Luis Pozo, hijo del exalcalde de La Habana, y un hijo de Martín Pérez, así como un español de la Legión Extranjera Francesa, todos pertenecientes a la Legión trujillista-batistiana de Santo Domingo. Por la parte cubana hubo dos muertos: el teniente Eliopez Paz y Frank Hidalgo Gato, y varios heridos, aunque 42 días después falleció a causa de las heridas Oscar Reytor Fajardo.
 
Fidel interrogó a los prisioneros uno por uno. Después del interrogatorio fue  al hospital de Trinidad a visitar a los heridos y obtener información de ellos.
 
A las 12 de la noche estableció contacto con La Habana, brindando por primera vez la información de los sucesos ocurridos.
 
Ese 13 de agosto era el cumpleaños de Fidel, pero no había tenido tiempo para recordarlo. Cumplía 33 años de vida.
 
La noche del viernes 14, Fidel explica en detalle en un programa especial por la televisión cómo fue frustrada la conspiración contrarrevolucionaria trujillista-batistiana, denuncia claramente a todos los que participaron en la conjura contra Cuba y felicita a los participantes en la operación.
 
Fidel asistió al sepelio de los compañeros Eliopez Paz y Frank Hidalgo Gato, caídos en las acciones del aeropuerto de Trinidad. En sus palabras dijo que el mejor tributo a su recuerdo, el más perenne, era continuar cumpliendo sin vacilaciones con el deber revolucionario. Además, destacó que este hecho representaba lo que es Cuba hoy, todo un ejército dispuesto a defenderla.
 
El 15 de agosto se informó que el Comandante en Jefe no asistiría a la Conferencia de Cancilleres y es el comandante Raúl Castro quien lo haría. Este mismo día Fidel salió rumbo a Isla de Pinos. El primer punto del itinerario fue Santa Fe, desde allí, Fidel y sus acompañantes se dirigieron hacia Siguanea. En este lugar tomaron un helicóptero hacia Punta del Este. Playa Larga, al sur de Isla de Pinos, fue el siguiente punto del recorrido y luego se dirigieron hacia Cerro del Pinar.
 
Más tarde se trasladaron hacia la península de Zapata, para inspeccionar las obras que en este lugar se ejecutaban.