Discursos e Intervenções

DISCURSO PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE EN JEFE CON MOTIVO DE SU PARTICIPACIÓN EN EL FUNERAL DE ESTADO DEL MUY HONORABLE PIERRE ELLIOT TRUDEAU

Data: 

02/10/2000

He venido a Canadá, en este momento de profundo dolor para el pueblo canadiense, para rendir homenaje a la memoria imperecedera de Pierre Trudeau, estadista de altura mundial a quien, además, me unieron lazos de amistad personal forjados en un sentimiento de sincera admiración hacia su persona. Lo consideré siempre un dirigente político serio, imbuido de genuinas preocupaciones sobre los problemas mundiales y la situación del Tercer Mundo, político consecuente que fue capaz de realizar una trascendental contribución a la historia moderna de Canadá, hombre recto y valiente que impulsó en difíciles circunstancias las relaciones de su país con Cuba. Tuve el privilegio de haber sostenido con él muchos y muy extensos intercambios de ideas y opiniones, si bien no siempre del todo coincidentes, invariablemente respetuosos.

Comparto en estos momentos la pena y el dolor de los familiares de Pierre Trudeau, y de todos los canadienses. No puedo tampoco olvidar que hace dos años esta familia tuvo que pasar por otra terrible tragedia: la pérdida de Michael Trudeau, a quien conocí desde muy temprana edad porque su padre lo llevó en su visita a Cuba cuando tenía apenas 4 meses de edad y al que más de una vez tuve cargado en mis brazos. Conmigo he traído fotos de aquellos entrañables días para entregar como recuerdo a la familia Trudeau.

He querido venir personalmente para testimoniar también mi respeto, amistad y simpatía por el pueblo de Canadá, uno de los pocos países en el mundo desarrollado de Occidente que no practicó la explotación colonial, y al que nos han unido décadas de fructífero intercambio cultural y económico.

El pueblo y el Gobierno cubanos expresan su más profunda condolencia a la familia de Pierre Trudeau, al pueblo de Canadá y a su Gobierno.

El recuerdo de la obra de Pierre Trudeau y de su condición de eminente y noble estadista en el complejo siglo que nos tocó vivir, permanecerá imborrable en todos los hombres de buena voluntad en cualquier parte del mundo.

Fidel Castro Ruz

Versiones Taquigraficas del Consejo de Estado